Patrimonio natural

Patrimonio natural

Flora

Referencia al paisaje original en el salero y sus alrededores.
Se puede suponer que el territorio que envuelve y circunda el Salero de Poza, dado su clima mediterráneo continental seco, lo constituía una vegetación dominante formada por encinar, aunque en los suelos menos profundos del Páramo cabe imaginarse amplias manchas de sabina y en las tierras del llano inferior Cuaternario) habría lugares húmedos con especias frondosas de ribera. Estas perduran aún residualmente, a lo largo del río Homino y los arroyos presentes en el valle del Diapiro.
Vestigios de este tipo de paisaje pueden observarse a partir de encinas y sabinas diseminadas por el Páramo, en las laderas incultivables de la llanura fluvial, o en grandes ejemplares solitarios, utilizados para marcar lindes o cruces de caminos.
En los valles de Caderechas, al norte del Diapiro, se mantiene en mayor medida el bosque original, con la salvedad de la sustitución – en gran medida- de las especies arbóreas.

Paisaje transformado actual.
Permite observar la existencia de estos tres ecosistemas diferenciados:

1.El Páramo
Pseudoestepa procedente del bosque mediterráneo originario (encinar-sabinar) en las primeras fases de recuperación.
Su vegetación se constituye a base de Rosmarinus, Thymus, Lavándula, Ulex, Erica, con porte arbustivo; gramíneas y otras herbáceos coloniales; encina Quercus ilex), sabina (Juniperus thurifera) y enebro (Juniperus comunis). Todas ellas especies arbustivas que definieron la primitiva comunidad vegetal.
Además se aprecia la abundante implantación de coníferas por repoblación en los últimos años, especialmente en lo que se refiere a la zona de borde lindante con el término de Cernégula. Fuera de estos nuevos bosques la acción humana de roturación para el pastoreo ha ido constituyendo la falsa estepa que hoy puede apreciarse. La actividad económica vinculada a este ecosistema es fundamentalmente ganadera.
Se trata de un ecosistema en plena transformación, con convulsas manifestaciones a lo largo del ciclo anual. Desde el punto de vista geológico, se aprecia la aparición del fenómeno kárstico, con surgencia de dolinas y sumideros

2. La llanura baja y vega del Homino
Es la llanura aluvial que se extiende al borde oriental del Páramo, constituyendo el ecosistema típico de la comarca de la Bureba. Aparece como un inmenso campo para la agricultura cerealista: trigo, cebada, avena, centeno; alguna viña aislada. Es conocida la importancia de la impronta cultural de este sistema agrícola en Castilla y León.
Además aparecen pequeñas manchas frondosas asociadas a la mayor humedad del suelo: olmo (Ulmus carpinifolia, ulmus camprestris); el fresno (Fraxinus angustifolia, fraxinus excelsior), los álamos (Populus alba, populus nigra), algún abedul (Betula berucosa) y el aliso (Alnus glatulunosa).
Estas especies se suelen implantar constituyendo bosque-galería, formación que alcanza especial interés en el arroyo de la Torca ( que procede del Salero), al salir de la villa en busca del Homino, y en el arroyo junto al antiguo convento de san Bernardino. Se produce así un microclima fluvial y constitución de un sistema natural dentro de u sistema más amplio.
Aquí la disponibilidad de agua es abundante. Ello da lugar a la formación de procesos vitales exclusivos: Mamíferos que van a beber, anfibios que se reproducen en el agua, aves que se alimentan de larvas acuáticas de insectos, transporté acuáticos de semillas, etc.
Sep produce además una estructura física que permite la habitabilidad de determinadas especies animales y vegetales: nido de ciertos pájaros, abrigo y escondite de aves y otros animales, sombra y protección para el desarrollo de algunas plantas. En definitiva, una contribución a la conservación de la biomasa. A la protección de la erosión y a la proliferación de especies.

3. Ecosistema de transición. Valle de las Caderechas.
Se trata de una franja de transición orográfica formada por irregulares laderas y cárcavas mas o menos profunda y diversas, donde se dan algunos lugares de características microclimáticas en relación a los sistemas anteriores.
Este hecho adquiere una entidad importante en Las Caderechas, con un relieve abigarrado y gran humedad. Hay permanencia boscosa, cultivo de árboles frutales y productos de huerta donde las condiciones del suelo permiten estas últimas actividades:
La gran abundancia de agua, el continuo y exuberante arbolado, el intenso dulce olor del frutal... contribuyen a constituir un mundo aparte en relación a los otros dos sistemas.

Fauna

NO por típico parece menos obligado referirse aquí al hecho de que Poza de la Sal es la localidad originaria del mas afamado naturalista del país, Félix Rodríguez de la Fuente. Tampoco resulta aventurado pensar en la  directa relación que la observación de estos paisajes y sus especies habitantes pudo tener con el hecho de constituir en el insigne personaje tan arraigada y temprana afición.
Al desarrollarse sobre una zona de transición orográfica y climática, la fauna del lugar ofrece numerosas especies diversas que pueden ser contempladas  y estudiadas.

Vertebrados de mayor tamaño.
Tuvo que haber en el lugar cérvidos y bóvidos de tamaño medio en tiempos remotos. Hoy muy probablemente habite el corzo, en expansión desde los bosques más húmedos del norte; el jabalí también está en expansión y ocupa zonas arboladas y de matorral, aunque sale también a la llanura. Desde luego, el lobo está todavía presente.
Son frecuentes la jineta, la garduña, el turón, el tejon y quizá el gato montes; y menos dependientes del bosque, aunque son frecuentes, el zorro y la comadreja.

Pequeños mamíferos (Insectívoros y roedores).
Estas presentes la musaraña común, la musaraña tricolor, la musarañilla y el topo común: El musgaño patiblanco y el musgaño de Cabrera ( asociado al agua). Se encuentra en la zona varias especies de quirópteros. Puede estar el lirón careto, y parece segura la existencia del ratón de campo, al ratón casero, el ratón moruno, la rata campestre, la rata común, la rata de agua meridional, la ratilla campesina, la ratilla agreste. El topillo lusitano y el topillo mediterráneo. También se encuentra el conejo y la liebre.

Anfibios y reptiles.
Se puede pensar que están presentes los siguientes: la salamandra, el tritón jaspeado, el sapo partero común, el sapo de espuelas, el sapillo moteado, el sapo común, al sapo corredor, la ranita de san Antonio, la rana verde común, el galápago europeo, el galápago leproso., la lagartija colilarga, la lagartija cenicienta, el lagarto ocelado, la lagartija roquera, la lagartija ibérica, el lución, el eslizón tridáctilo, la culebra bastarda, la culebra de escalera, la culebra de colar, la culebra viperina, la culebra lisa europea, la culebra lisa meridional y la víbora hocicuda.
Además, aunque con menos posibilidad, también podría darse la presencia de:
El tritón palmeado, el tritón ibérico, el sapillo pintojo, la rana patilarga, la salamanquesa común, la lagartija coliroja, el lagarto verdinegro, el lagarto verde el eslizón ibérico, la culebrilla ciega y la víbora áspid.

Peces en los cursos de agua.
Parece que hubo gran abundancia de truchas en el cauce fluvial que pasa junto al convento de San Bernardino y actualmente pueden verse éstas bullir en los arroyos caderechanos, según los lugareños. Es evidente la presencia de barbos en el río Homino.

Aves.
Por su abundancia y por la movilidad a la que se someten a lo largo de las estaciones, son un grupo de presencia muy diversa, pudiendo llegar a verse, si se incluyen las de paso y las errantes, probablemente alrededor de 200 especies.
Según el censo provincial de aves nidificantes elaborado por el CIE de Burgos, en la cuadricula que corresponde a Poza arroja una densidad de 81 y 100 y la subcomarca del Valle de Caderechas mas de 100 especies.
Especies diurnas: el milano negro, el milano real, el aguilucho cenizo, el aguilucho pálido, el águila culebrera, el águila calzada, el ratonero común, el aguila perdicera, al águila real, el alimoche, el buitte común, el alcotan, el esmerejón, el gavilkan, el azor, el cenícalo vulgar, al halcón abejero y el halcón comúin.
Especies nocturnas: el autillo; la lechuza comün. La lechuza campestre, el mochuelo, el cárabo, el búho chico y el búho real.
Así como una  gran variedad de fringílidos, páridos, corvidos, etc. Que el atlas mencionado especifica con toda exactitud.

Con respecto a los invertebrados, pueden servir como referencia la tipificación climática que ya se ha definido anteriormente, así como las condiciones de vegetación, presencia de agua, etc. Dadas en cada uno de los ecosistemas