De Salionca a Flavia Augusta

De Salionca a Flavia Augusta

No han sido localizados hasta el momento yacimientos paleolíticos, sí en cambio restos correspondientes a una cronología probable neolítica y calcolítica  ( 5000-1700 a. C.)en distintos lugares del término municipal. La Edad del Hierro ( 1300-500 a. C.)está representada en dos yacimientos: El Castellar y el Alto de El Milagro
 
El Castellar está localizado en la cuenca salinera, en el afloramiento de ofita, tipológicamente clasificado como castro romanizado, con materiales correspondientes al Hierro II, periodo romano Altoimperial y Tardorromano, y estaría en relación con el control de la cuenca salinera y las vías de contacto con el Páramo, Salionca, y posteriormente Flavia Augusta.
 
El Alto de El Milagro: la cima de este cerro fue lugar de asentamiento de Salionca, a unos dos kilómetros del actual emplazamiento de la villa junto a la vega del río Homino; se han documentado materiales correspondientes a una amplia secuencia cronológica: Calcolítico, Bronce Final, Hierro I y II, Romano Altoimperial, y Tardorromano, y ha sido encuadrado por distintos autores bien a finales del Bronce o principios del Hierro, o bien como castro romanizado en relación con el Castellar y con la posterior ocupación romana, Flavia Augusta, que se extendió a los pies del cerro hasta la orilla del río.

Así, Poza ha sido identificada por los investigadores con la antigua Salionca -muchos autores coinciden en el origen preindoeuropeo de este topónimo-, que cita Ptolomeo entre las ciudades autrigonas. Sobre este núcleo de población, plaza estratégica entre autrigones y cántabros, entre la Bureba y el Páramo, y situada en las proximidades del mineral y los manantiales salinos, los romanos fundarán Flavia Augusta. Ésta se desarrolló durante el siglo I como un núcleo romano de importancia, y así lo ponen de manifiesto los restos hallados en el cerro de El Milagro y las orillas del río Homino por el arqueólogo Julio Martínez Santa-Olalla, quien describe una ciudad de planta rectangular, con foro, termas, al menos dos templos, y una necrópolis de la que procede un conjunto de aproximadamente 300 monumentos funerarios singulares, de cronología romana aunque de tradición indígena, autrigona, conocidos como urnas oikomorfasa.

Con toda seguridad fue en esta época de dominación romana cuando se produjo un impulso significativo en la explotación de la sal, y también la introducción de nuevas técnicas de obtención y extracción de salmuera que han condicionado el trabajo en el Salero durante los dos últimos milenios y han definido la singularidad de estas salinas en la península.

La cultura romana y tardorromana se prolonga en la etapa visigoda –han sido detectados materiales visigodos junto a altoimperiales y tardorromanos en la prospección superficial realizada en el año 1999 en el emplazamiento de Flavia Augusta-, que en esta zona apenas se extiende más de un siglo, poniéndole fin a partir del año 711 las aceifas musulmanas. Se inicia así una etapa caracterizada por una desestabilización y desestructuración social, política y económica, con una despoblación propiciada por Alfonso I como medida de seguridad.  Probablemente esta situación provocó si no el abandono al menos la decadencia de la explotación salinera.